WebDeclaraciĆ³n de Amor, EfraĆn Huerta. 1. Ciudad que llevas dentro 1. mi corazĆ³n, mi pena, 2. la desgracia verdosa 3. de los hombres del alba, 4. mil voces descompuestas 5. por el. WebDeclaraciĆ³n de amor. de EfraĆn Huerta. Ciudad que llevas dentro mi corazĆ³n, mi pena, la desgracia verdosa de los hombres del alba, mil voces descompuestas por el frĆo y. Webun amor que tiene a su voz como Ć”ngel y bandera, un amor que huele a aire y a nardos y a cuerpo hĆŗmedo, un amor que no tiene remedio, ni salvaciĆ³n. ni vida, ni muerte, ni.
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WebDeclaraciĆ³n de amor - Poema de EfraĆn Huerta. Lista Autor Biografia Actividad Multimedia Estante Libro Poema. 0 Comentarios. 0 Gustos. 0 ColecciĆ³n. Autor. 0 Comentarios. 6. WebAnĆ”lisis del poema de EfraĆn Huerta “DeclaraciĆ³n de amor”. DeclaraciĆ³n de amor usa un estilo de verso libre, es decir, que no sigue las pautas de rima ni metro que comĆŗnmente. Webun amor que tiene a su voz como Ć”ngel y bandera, un amor que huele a aire y a nardos y a cuerpo hĆŗmedo, un amor que no tiene remedio, ni salvaciĆ³n, ni vida, ni muerte, ni. WebEfraĆn Huerta: "DeclaraciĆ³n de amor" (Poema de amor) Hablemos De Amor Y PoesĆa Apr 04, 2022. Share. 00:00. 00:51. 5 frases de Rodolfo NarĆ³ (DeclamaciĆ³nes) DeclamaciĆ³n. WebCiudad que llevas dentro mi corazón, mi pena, la desgracia verdosa de los hombres del alba, mil voces descompuestas por el frío y e WebEn el amor toma asiento la poĆ©tica de EfraĆn Huerta. Su primer libro se titula Absoluto amor (1935), y en su epitafio, que ya cumplirĆ” treinta y un aƱos de haber sido colocado. WebEl Amor de Efrain Huerta. Te invitamos a recorrer los poemas de Efrain Huerta. Disfruta tambiĆ©n de nuestros poemas del alma, de amor, de amistad , de familia, etc. Otros. WebLa ville folle qui remet tous les jours ses souliers. PAUL ĆLUARD. Esto no es un poema, es casi una "experiencia". Estar simplemente como delgada carne ya sin piel, como huesos. WebEres, amor, el brazo con heridas 1. y la pisada en falso sobre un cielo. 2. Eres el que se duerme, solitario, 3. en el pequeƱo bosque de mi pecho. 4. Eres, amor, la flor del falso.
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ExplicaciĆ³n DeclaraciĆ³n De Amor EfraĆn Huerta
DeclaraciĆ³n de amor
1
Ciudad que llevas dentro
mi corazĆ³n, mi pena,
la desgracia verdosa
de los hombres del alba,
mil voces descompuestas
por el frĆo y el hambre.
Ciudad que lloras, mĆa,
maternal, dolorosa,
bella como camelia
y triste como lƔgrima,
mĆrame con tus ojos
de tezontle y granito,
caminar por tus calles
como sombra o neblina.
Soy el llanto invisible
de millares de hombres.
Soy la ronca miseria,
la gris melancolĆa,
el fastidio hecho carne.
Yo soy mi corazĆ³n
desamparado y negro.
Ciudad, invernadero,
gruta despedazada.
2
Bajo tu sombra, el viento del invierno
es una lluvia triste, y los hombres, amor,
son cuerpos gemidores, olas
quebrƔndose a los pies de las mujeres
en un largo momento de abandono
—como nardos pudriĆ©ndose.
Es la hora del sueƱo, de los labios resecos,
de los cabellos lacios y el vivir sin remedio.
Pero si el viento norte una maƱana,
una maƱana larga, una selva,
nos entregara el corazĆ³n deshecho
del alba verdadera, ¿imaginas, ciudad,
el dolor de las manos y el grito brusco, inmenso,
de una tierra sin vida?
Porque yo creo que el corazĆ³n del alba
en un millĆ³n de flores,
el correr de la sangre
o tu cuerpo, ciudad, sin huesos ni miseria.
Los hombres que te odian no comprenden
cĆ³mo eres pura, amplia,
rojiza, cariƱosa, ciudad mĆa;
cĆ³mo te entregas, lenta,
a los niƱos que rĆen,
a los hombres que aman claras hembras
de sonrisa despierta y fresco pensamiento,
a los pƔjaros que viven limpiamente
en tus jardines como axilas,
a los perros nocturnos
cuyos ladridos son mares de fiebre,
a los gatos, tigrillos por el dĆa,
serpientes en la noche,
blandos peces al alba;
cĆ³mo te das, mujer de mil abrazos,
a nosotros, tus tĆmidos amantes:
cuando te desnudamos, se dirĆa
que una cascada nace del silencio
donde habitan la piel de los crepĆŗsculos,
las tibias lƔgrimas de los relojes,
las monedas perdidas,
los dĆas menos pensados
y las naranjas vĆrgenes.
Cuando llegas, rezumando delicia,
calles reciƩn lavadas
y edificios—cristales,
pensamos en la recia tristeza del subsuelo,
en lo que tienen de agonĆa los lagos
y los rĆos,
en los campos enfermos de amapolas,
en las montaƱas erizadas de espinas,
en esas playas largas
donde apenas la espuma
es un pobre animal inofensivo,
o en las costas de piedra
tan cĆnicas y bravas como leonas;
pensamos en el fondo del mar
y en sus bosques de helechos,
en la superficie del mar
con barcos casi locos,
en lo alto del mar
con pƔjaros idiotas.
Yo pienso en mi mujer:
en su sonrisa cuando duerme
y una luz misteriosa la protege,
en sus ojos curiosos cuando el dĆa
es un mƔrmol redondo.
Pienso en ella, ciudad,
y en el futuro nuestro:
en el hijo, en la espiga,
o menos, en el grano de trigo
que serƔ tambiƩn tuyo,
porque es de tu sangre,
de tus rumores,
de tu ancho corazĆ³n de piedra y aire,
de nuestros frĆos o tibios,
o quemantes y helados pensamientos,
humildades y orgullo, mi ciudad.
Mi gran ciudad de MĆ©xico:
el fondo de tu sexo es un criadero
de claras fortalezas,
tu invierno es un engaƱo
de alfileres y leche,
tus chimeneas enormes
dedos llorando niebla,
tus jardines axilas la Ćŗnica verdad,
tus estaciones campos
de toros acerados,
tus calles cauces duros
para pies varoniles,
tus templos viejos frutos
alimento de ancianas,
tus horas como gritos
de monstruos invisibles,
¡tus rincones con llanto
son las marcas de odio y de saliva
carcomiendo tu pecho de dulzura!
-Efrain Huerta
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